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¿Porqué lastimamos a los demás?

Ultimamente veo inundadas las redes, de muchas contribuciones calificativas sobre las demás personas. Si bien, las redes sociales nos han permitido conocer nuevas formas para comunicarnos con muchísima facilidad, expresarnos y manifestar nuestra opinión, no solo respecto a un tema específico, sino tristemente también respecto a una persona.

Nadie en su sano juicio gusta ser el tema de conversación de un grupo de personas. Y mucho menos cuando el sentido de la conversación tiene un carácter enjuiciador más allá de ser constructivo. Usualmente nos sentimos lastimados cuando hieren nuestros sentimientos, cuando nos sentimos avergonzados, cuando no cumplimos con lo mínimo esperado, cuando una persona defrauda nuestra confianza, pero lo que más nos duele es sentirnos inferiores, criticados y juzgados. Y es ahí donde nace el tema que les traigo hoy. ¿Porqué lastimamos a los demás?.


Todos hemos pasado por un corazón lastimado. Sabemos la causa que lo originó, y la sensación que se siente. La tristeza que embarga y y las consecuencias que puede tener, sin embargo seguimos lastimando a los demás, como si gozáramos con su sufrimiento. La mayoría de veces el que lastimemos a una persona es en respuesta a una agresión, y eso no justifica la acción, muy al contrario, nos convierte en el conducto para seguir alimentando un sentimiento negativo, que no aporta nada positivo a nuestras vidas. Por el contrario lastima, irrita, crea conflictos, más allá de brindar soluciones. Recuerda:


“Si tú no tienes nada positivo que aportar a una conversación, mejor quédate callado.”

El enojo, es la llave para lastimar a los demás. No importa cual sea el problema, ni la razón por la que se originó, no debemos alimentarlo. Cuando nos enojamos la reacción inmediata es responder al enojo. No pensamos adecuadamente cuando estamos molestos o irritados, en consecuencia actuamos sin pensar.




Ahimsa significa NO VIOLENCIA. Es la ausencia de la ira y el temor en nuestro SER. El temor se adhiere a nuestro ser y nos paraliza. Cuando la ira y el temor inhunda el ser, se abre la puerta al temor, al miedo al futuro, a lo desconocido, a ser juzgados, miedo a perder posesiones o reputación. El yogui no debe temer, porque observa a los demás como parte de si mismo, ya que el foco no es su cuerpo, sino su esencia, su ser, su espíritu.


La ira. Hay dos tipos de ira. Una que nos degrada y se enfoca en el orgullo, enoja al ser humano cuando es agredido, desairado, impidiéndole ver las cosas es perspectiva, es decir involucra a otros, a el prójimo. Por lo contrario la ira del yogui se enoja consigo mismo, cuando su mente se hunde, cuando sus conocimientos y experiencia no consiguen evitar un desatino. El yogui es severo con él mismo cuando se trata de sus faltas, pero es comprensivo y considerado con las faltas de otros. El perdón es NO VIOLENCIA.


Mahatma Gandhi dijo: La verdad es Dios y Dios es la verdad. Así como el fuego quema las impurezas y refina el oro, también el fuego de la verdad depura el alma y quema su escoria.


“Quién ha aprendido a controlar su lengua, ha logrado en gran medida el autocontrol”.

Aprendamos a contener, aprendamos a meditar antes de actuar. No te conviertas en un canal para que se circule lo negativo. Sé el medio para frenar la violencia. Sé luz, en medio de la oscuridad. Namasté.


Gracias por leerme, bendiciones para ti.💙

Jou Ledesma

Bibliografía: La luz del Yoga, B.K.S. Iyengar





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